martes, 12 de mayo de 2009

El correlingua

Artículo de la web UPyD - Galicia, elaborado por el grupo de comunicación y prensa:
En estos días se están celebrando actos de “exaltación da lingua galega” con banderas del Bloque Nacionalista Galego por medio. Actos destinados a niños de educación primaria y secundaria.

En UPyD nos parece vergonzoso el abuso y manipulación que supone la participación de los chiquillos en estas correrías claramente politizadas en las que se les intenta inculcar los prejuicios del nacionalismo.

¿Es legítimo sacar los niños a la calle a hacer propaganda política de la discriminación lingüística? Esta es una de las muchas preguntas que nos surgen al ver la impunidad con la que asociaciones privadas como la Mesa pola Normalización Lingüística, sindicatos como la CIG y “docentes” de la AS-PG utilizan a niños para sus fines políticos particulares. Niños, que han sido confiados a sus colegios no para ser adoctrinados sino para ser educados.Estos días podemos leer, en los comentarios a las noticias que genera esta actividad de adoctrinamiento, opiniones de padres que se quejan del hecho de que una genérica autorización emitida a principio de curso para excursiones y salidas de carácter formativo, se haya utilizado con fines políticos. ¿Va a seguir tolerando el nuevo gobierno del Partido Popular que continúe la apología de la discriminación en las escuelas?

En otro orden de cosas también cabe preguntarse, ¿cuánto dinero se ha gastado la Xunta y otras administraciones en esta mascarada organizada por satélites del Bloque Nacionalista Galego?

Las políticas de la normalización lingüística se resumen en una interminable trama de subvenciones y ayudas a quienes denigran, excluyen y discriminan a los hablantes de una de las lenguas oficiales de la Comunidad Autónoma.

En Unión Progreso y Democracia no comprendemos que con un agujero de 600 millones en el presupuesto, continúen realizándose este tipo de aportaciones. Creemos que bien podrían ahorrarse estas partidas claramente destinadas a promover la discriminación lingüística en las aulas y fuera de ellas.

jueves, 30 de abril de 2009

Cuotas vs Equipos

Las pasadas elecciones gallegas se decidieron, en parte, por la valoración que los ciudadanos realizaron de experiencia de bigobierno del PSOE y el BNG. Lo que debería haber sido un equipo conjunto para regenerar la vida política gallega después de los dieciséis años de la era Fraga, se acabó convirtiendo en dos grupos opuestos, enfrentados en una lucha fratricida por el poder. Ese bigobierno fue posible por los siguientes factores:
  1. El ansia de poder de ambos pactantes.
  2. El abandono de unos sanos principios jacobinos por parte del PSOE.
  3. La irresponsabilidad de los dirigentes del Bloque que pretendieron crear cotos privados de poder.
  4. Una división tajante de las esferas respectivas, totalmente separadas, con el compromiso de no intervenir mutuamente.
En definitiva, un despropósito creado más para garantizar cuotas de poder, que para garantizar la gobernabilidad y buena administración de Galicia.

Esto es similar a las negociaciones de la UE: los distintos países emprenden titánicas negociaciones con el fin de conservar su comisario, su número de diputados o su cuota de voto en el consejo de Europa. En España se presentó como una gran victoria el hecho de que el presidente Aznar consiguiese mantener el peso del país en el tratado de Niza mucho más tiempo del que realmente nos correspondería. En nuestro programa para las elecciones europeas, pedimos que ese sistema se supere en favor de un auténtico gobierno de la Unión, electo y responsable ante el Parlamento. Es evidente que sólo así, los cargos públicos responderán ante el conjunto de la ciudadanía europea y no ante los países o partidos que los nombraron. Es fundamental que se cree y se defienda un concepto igualitario de ciudadanía, que nos haga iguales en derechos y deberes a todas las personas miembros de la Unión.

La inestabilidad de las cuotas en los equipos de gobierno o ejecutivas es evidente en el ámbito de los partidos políticos: pensemos, por ejemplo, en las amplias coaliciones electorales italianas en las que, izquierda o derecha, los pequeños partidos tienen un poder desusado sobre los grandes. O, en el ámbito nacional, IU: sus congresos siempre se convierten en unas luchas sin proyecto entre las distintas corrientes, facciones o partidillos para garantizarse un puesto en la ejecutiva. Esa es una de las causas de su actual declive, no la única, pero sí importante: la continua desunión y la lucha por alcanzar cuotas de poder, una lucha que remata en la disolución o en el transfuguismo. Otro gran ejemplo es el del Bloque Nacionalista Gallego: las luchas continuas de los dirigentes por hacerse con la portavocía de la coalición es desalentador para una militancia que no entiende que la vida política de su partido se limite a ver si la UPG tiene mayoría absoluta o tiene que pactar.

En nuestro partido se han dado pasos importantes para evitar caer en esos vicios de otros partidos políticos: en el pasado Consejo Político del día 28 de marzo se aprobó el Reglamento para el I Congreso de nuestra formación. En ese reglamento, de forma mayoritaria se afirmó la importancia de promover equipos y no ceder a cuotas en la elección del ejecutivo del partido: el Consejo de Dirección se elige por todos los afiliados en voto directo y secreto a una lista cerrada, es decir, se elige un equipo conocido de antemano por todos los afiliados. Esto tiene la virtud de propiciar un equipo compacto de trabajo que no esté sujeto a componendas, pactos y cambalaches entre distintas corrientes, regiones o facciones. Lo que sin duda garantizará nuestra unidad y coherencia ante los ciudadanos.

domingo, 26 de abril de 2009

Una Europa de los ciudadanos.

Cuando en las pasadas elecciones autonómicas afirmábamos que debía devolverse al estado las competencias en educación y en sanidad, garantes de una ciudadanía compartida por todos en pie de igualdad, se nos acusó, a Unión Progreso y Democracia, de nacionalismo español. Comentando estos temas con un amigo de la órbita nacionalista, yo le decía que eso no era así, que defendíamos un concepto de ciudadanía basado en la igualdad de derechos y deberes, sin referencias identitarias o nacionalistas, de cualquier signo. “Eso serás tú, no tu partido”, me respondió. Ayer sábado, tuve la respuesta oficial del partido. No me puedo sentir más que orgulloso.

En el Consejo Político se ha aprobado el programa político del partido para las elecciones europeas. En él, pedimos la exitencia de un verdadero gobierno continental controlado y responsable ante el parlamento europeo. Vamos más lejos, afirmamos que la Unión debe tener un cuerpo diplomático, un ejército y una policía comunes, que sólo así podrá hacer valer su voz y su fuerza, la defensa de los derechos humanos y de la justicia social en el actual contexto multilateral.

El debate fue muy interesante, pues hubo quien defendía que no, que Europa sólo debía coordinar los ancianos estados-nación, que no era el momento, que las naciones del viejo continente debían pertenecer como estaban, enrocadas en la defensa de sus intereses frente al resto. Frente a esto la (porta)voz de UPyD se alzó clara: no somos nacionalistas españoles, no vamos a aplicar en Europa la misma política que aplican los nacionalistas en España. La Comisión no puede ser una coordinadora de gobiernos, debe ser un gobierno por sí misma, responsable ante la ciudadanía encarnada en el Parlamento con sus ámbitos soberanos que nos representes ante el mundo. Sólo así se podrán sentar la bases de una ciudadanía igualitaria en todo el continente, una ciudadanía que haga que desde el Báltico al Cantábrico, desde el Mar del Norte al Mediterráneo, juntos formemos parte de una gran casa común.

Ha llegado la hora de apostar por una Europa política.

lunes, 26 de enero de 2009

24/01/2009 Presentación de candidatos en Santiago


Antes de comenzar me gustaría que nos parásemos un momento. Miremos alrededor, a nuestros compañeros, amigos... ¿Qué es lo que estamos viendo? Estamos viendo gentes venidas de todas partes, unidas por un proyecto común. Ciudadanos hartos de arreglar el mundo junto a una taza de café caliente. Hombres y mujeres dispuestos a dar la cara por lo que nos une, aunque nos la partan. Sí, somos gente ambiciosa, tenemos ambición de país, ambición de políticas de Estado, ambición de Libertad e Igualdad.

Paremos un momento, me gustaría que entre toda la vorágine de actividades, movilizaciones, discursos,... nos paráramos a pensarlo un momento: somos un grupo de personas que quiere, nada más y nada menos, que regenerar la democracia. En el fondo somos gente sencilla, nos conformamos con poco. Yo me conformaría con que la libertad y la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley estuvieran en la base de la acción política.

Lo sé, lo sé; los heraldos del miedo nos pintan un panorama catastrófico. Pensad: uno de cada cinco de nosotros estará en paro de continuar la crisis, nuestros hijos no pueden estudiar en su lengua materna,... un panorama tan malo que parece que lo único que resta es rendirse, resignarse y renunciar a la lucha. Una situación tan extrema que, en el túnel, sólo ven la oscuridad, y no la luz de su final. Es cierto, ¡ojalá no nos hubiera tocado vivir estos desafíos! Pero es que no elegimos el tiempo que nos ha tocado vivir, sólo podemos decidir qué hacer con el tiempo que se nos ha dado.

Por esto, yo no comparto esa solución, esa caída de brazos. Me llena de esperanza ver hoy aquí a tantos cientos de ciudadanos que han decidido emplear su tiempo en la lucha contra el caciquismo de las oposiciones amañadas, en denunciar las corruptelas de las obras públicas adjudicadas a dedo,... en dar el callo por cambiar la política y cimentarla sobre nuevas bases. Me vais a perdonar, no quiero parecer un optimista, nunca lo he sido, sólo soy un pesimista bien informado.

Lo que pedimos no es imposible y por eso nos temen: no es imposible que los ciudadanos puedan elegir en qué lengua expresarse; no es imposible acabar con el despilfarro de viajes, mojitos y romerías oficiales; no es imposible que la malversación pública de la Ciudad de la Cultura, por ejemplo, se transforme en inversiones racionales en sanidad o educación. No es imposible y por eso nos atacan. Atacan a la justicia, pretenden abatirla y no lo consiguen.

Respondemos a una demanda social imparable, y lo saben: cada vez más gente se acerca al partido preguntando cómo colaborar, cómo transformar sus ansias de cambio en trabajo efectivo, cómo poner su grano de arena en esta lucha singular. Esta demanda puede parecer mayor que nuestras fuerzas, pero estoy convencido de que éstas serán suficientes para afrontar el reto con éxito. La fuerza de nuestros principios, unida al profundo descontento con el bigobierno y la oposición inane, está cristalizando ya en la búsqueda y defensa firme de una regeneración democrática.

No nos preocupen encuestas y sondeos, no nos preocupen analistas y tertulianos, lo único ante lo que debemos responder ahora es ante los miles de ciudadanos que han depositado en nosotros sus esperanzas de alternativa real. Es a ellos a quienes nos dirigimos, es a ellos a quienes les vamos a pedir su apoyo. Nosotros no tendremos grandes medios, grandes pancartas, grandes cuñas publicitarias. No, nosotros tenemos algo mucho más poderoso y eficaz que todo eso: tenemos nuestra voz y nuestros principios; esas verdades que son evidentes a la razón, que han propiciado el fin de los absolutismos y dictaduras, que han truncado a los caciques parapetados en sus Diputaciones, Baltares y Cacharros, y han acallado a sus serviles lacayos, Albertos, Emilios o Anxos; esas verdades, digo, que han supuesto también el precio de la vida de tantos: hablo de la Libertad y la Igualdad. Esto es lo que ofrecemos a la sociedad y esto es también lo que la sociedad nos demanda. No necesitamos más: si conseguimos hacer llegar nuestra voz, cara a cara, a esos cientos de miles de ciudadanos que en Galicia, y en el País Vasco, están deseando votarnos, lo conseguiremos.

A pesar de esto, muchos se preguntan todavía por qué votarnos en la actual situación: el panorama es tan negro que, una vez más (dicen), hay que elegir el mal menor, hay que taparse la nariz y centrarse en el voto útil: ¿cómo coger y prestar el voto a una formación nacida ayer, sin posibilidades de gobernar? Tenemos que tenerlo claro, tenemos que devolverles la pregunta: ¿Hay algo más útil que votar a gusto? ¿Hay algo que sea más satisfactorio que rendir cuentas a tu conciencia y votar convencido? Yo creo que no, que no lo hay.

Es cierto, nuestra pelea no es por entrar en un gobierno, no ahora. Nuestra lucha no es por ser el partido mayoritario, no todavía. Nuestras ansias, nuestras esperanzas están puestas en nuestra voz. Nada más y nada menos. Creemos que la fuerza de la razón es de tal magnitud que ella sola es capaz de abrir puertas, derribar muros y hacerse presente en medio del debate político. Nosotros queremos ser esa voz de la razón, no una voz que clama en el desierto, sino una voz que se alza alta y clara en medio del ágora pública.

Pero dirán: ¿qué puede hacer una sola voz, sólo una entre un coro de adversarios embravecidos? Todo, puede hacerlo todo. Puede modificar la agenda política de los partidos tradicionales, marcar el rumbo del debate público, puede cambiar la percepción que la sociedad tiene de la política y la realidad misma de esa política... puede ser, en definitiva, ese gramo de levadura que hace fermentar la masa entera. Sabéis, sé que lo sabéis, que no estoy hablando de la teoría o en abstracto; sabéis, sé que lo sabéis, que esto ya está sucediendo; pensad en la propuesta contra ANV, o por la Libertad Lingüística; sabéis, sé que lo sabéis, que ya hemos roto esa barrera del silencio. Con nosotros está hoy la prueba de que esto es así, de que la esperanza de cambio es posible, es más, que es probable, aquí está hoy esa voz que ya no está sola: nuestra portavoz nacional y diputada en el Congreso, Rosa Díez.

jueves, 22 de enero de 2009

Nacionalismo e Historia

Tienen los nacionalistas una curiosa particularidad: deforman la Historia hasta extremos difícilmente creíbles. Galicia no supone una excepción a este respecto. Pensemos en un ejemplo: el Mariscal Pardo de Cela, mártir de la causa gallega al decir del nacionalismo.
 
Pardo de Cela fue mandado ejecutar en Mondoñedo por los Reyes Católicos. Este hecho lo convierte en el más claro ejemplo, según sus defensores, de la lucha nacional frente a la opresión castellana. Pero, ¿quién fue en realidad este Mariscal? Fue uno de los nobles más sanguinarios de la Galicia medieval, mandando ahorcar a sus pobres campesinos. Es decir, un mal bicho. La acción de Isabel de Trastámara fue un acto de justicia, pero claro, ella era reina de Castilla.
 
Para el nacionalismo dan igual los hechos, da igual que el primer órgano de Galicia como tal fuese la Real Audiencia, creada por ellos; da igual que pacificaran las luchas nobiliarias a lo largo de todo el territorio. Los Reyes Católicos son extranjeros, pecado capital del nacionalismo identitario.
 
Hace poco, el Bloque presentó un vídeo promocional en el que se ve a un centurión romano buscar al rebelde Anxo Quintana que se atreve a pedir un estatuto de nación para Galicia. Todos los "gallegos" que lo rodean se alzan diciendo "Eu son Anxo Quintana", copia de la película Espartaco. Claro que, al ver el vídeo, me viene a la memoria otra película, La Vida de Brian, donde el Frente Popular de Judea se pregunta: "¿Qué han hecho por nosotros los romanos?". Os dejo aquí los vídeos, sacad vuestras propias conclusiones:
 
  
 

sábado, 17 de enero de 2009

Ante un nuevo reto

Plaza de L'Obradoiro

Veintidós de febrero de 2008. Ferrol. Subidos a un coche, con un megáfono de mano, gritamos: "¡Vota Unión Progreso y Democracia! ¡Vota lo que nos une! ¡El partido de Rosa Díez!" La gente nos mira con curiosidad. Algunos, cuando paramos, preguntan cuándo vendrá Rosa; o nos dan ánimos diciendo que es una mujer muy valiente con principios. Al terminar la mañana, unas cañas y al tajo otra vez. Nadie pensaba que lo lograríamos, nadie pensaba que la única voz clara del parlamento sería la de Rosa Díez, nadie pensaba que un año después estaríamos a punto de entrar en los parlamentos vasco y gallego.


 

Somos un partido con proyecto nacional, con ambición de país. Con fuerzas para cambiar la política española y gallega. Por esto estoy en este partido, por la Libertad y la Igualdad como bases de la acción pública. Por esto me he puesto a trabajar con mis compañeros de toda Galicia para sacarlo adelante, para no ser más una voz que clama en el desierto y pasar a ser el motor de la alternativa real, no de la mera alternancia.


 

El próximo 1 de marzo se decide entre el quehacer tradicional de los políticos tradicionales, y el cambio real de la política. Esto es lo que presentamos, cara a cara, a todos los ciudadanos. Ahora tú eliges.